Por EFE.-
Curitiba, Brasil (08 Abril 2018).- El
expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva pasó su primera noche en
prisión en la sede de la Policía Federal de Curitiba, que amaneció hoy rodeada
de agentes de las fuerzas de seguridad que han establecido un perímetro de unos
cien metros a cada lado del local.
Medio centenar de policías militarizados
controlan desde anoche los accesos al recinto, situado en el barrio de Santa
Cândida, en la zona norte de la ciudad, y solo permiten el acceso al personal
autorizado, moradores y reporteros.
En uno de los extremos del perímetro de
seguridad, decenas de simpatizantes y militantes del exmandatario (2003-2010),
que desde este sábado cumple una pena de 12 años de prisión por corrupción y
lavado de dinero en régimen cerrado, han establecido un pequeño campamento para
defender a su líder.
Su ingreso en prisión en Curitiba estuvo
marcado por los incidentes que se produjeron cuando aterrizó en el helipuerto
de la sede policial y explotaron dos supuestos petardos en medio de la
concentración de los seguidores de Lula, según la versión de la Policía.
Ante este hecho, la Policía Federal, que
estaba apostada en el interior del local, reaccionó inmediatamente lanzando
gases lacrimógenos y balas de goma que obligaron a la militancia del Partido de
los Trabajadores (PT) a dispersarse en medio de una gran confusión.
En total hubo nueve heridos, entre ellos
una niña y un policía, y varios tuvieron que ser trasladados al hospital.
Entre los seguidores de Lula había
profesionales de los medios de comunicación que también sufrieron las
consecuencias de la acción policial, que, sin embargo, no se reprodujo del
mismo modo en el lado en el que se manifestaban los detractores del
expresidente.
Los contrarios a Lula, que lanzaron
cohetes y fuegos artificiales para conmemorar la llegada del ex jefe de Estado,
fueron orientados, de manera pacífica, para abandonar el recinto.
En paralelo, un juez brasileño prohibió
además en la víspera protestas y acampadas en los aledaños de la sede de la
Policía Federal de Curitiba.
El magistrado determinó en su auto
prohibir la entrada de personas y vehículos no autorizados en las calles
próximas al recinto donde Lula está en prisión para "garantizar la
seguridad de la población del entorno" y "evitar acontecimientos
violentos".
La presidenta del PT, Gleisi Hoffmann,
que viajó hasta Curitiba, se acercó anoche hasta las dependencias policiales en
busca de una explicación por lo sucedido y mantuvo en pie la vigilia cívica
convocada, que "solo va a terminar cuando Lula salga" de prisión.
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