Por AFP.-
Brasilia, Brasil
(11 Abril 2016).- Un Brasil en tensión creciente y con pasiones exacerbadas seguirá este
lunes los debates de una comisión parlamentaria que decidirá si la presidenta,
la izquierdista Dilma Rousseff, puede ser destituida por presunta manipulación
de las cuentas públicas.
La mandataria cuenta ante todo con la capacidad
movilizadora de su predecesor, Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), que a la
misma hora participará en un acto "en defensa de la democracia" en
Río de Janeiro, junto al cantante y compositor Chico Buarque, al teólogo
Leonardo Boff y a figuras del mundo cultural y artístico brasileño.
Los recuentos previos en Brasilia indican que la
comisión especial de 65 diputados, dominada por la oposición, se pronunciará, a
partir de las 17H00 locales (20H00 GMT), ampliamente a favor de un proceso de
'impeachment'. En cualquier caso, su decisión deberá ser ratificada por dos
tercios de la Cámara (342 de 513 diputados), en debates que se abrirán el
viernes y pueden durar hasta el domingo, antes de pasar al Senado.
En Brasilia, la policía tendió vallas a lo largo de la
explanada de los ministerios, para separar a los manifestantes de los dos
bandos. Se calcula que las concentraciones del fin de semana llevarán a unas
300.000 personas a la capital.
Lula, Rousseff y los legisladores del Partido de los
Trabajadores (PT) denuncian el 'impeachment' como una tentativa de "golpe
de Estado" y esperan motivar a sus desmovilizadas bases para evitar ser
expulsados del poder después de trece años al frente de la principal economía
de América Latina.
La crisis, potenciada por una recesión económica que
se adentra en su segundo año, crea incertidumbres sobre si será Rousseff o su
vicepresidente, Michel Temer, quien inaugure los Juegos Olímpicos de Río, el
próximo 5 de agosto. Pues si la Cámara se pronuncia a favor del 'impeachment' y
el Senado ratifica en mayo la decisión, Rousseff será apartada de su cargo por
un plazo máximo de seis meses, en espera de que la cámara alta dé su fallo
definitivo.
- La batalla de la
Cámara -
El Gobierno espera que su previsible derrota en la
comisión especial no cree una ola de pánico entre aliados que podrían verse
tentados por la opción Temer.
La negociación se lleva a cabo en torno a puestos que
el PMDB, el partido centrista del vicepresidente, dejó o dejará vacantes en el
gabinete y en la alta administración después de su ruptura, el mes pasado de su
alianza con el PT.
El objetivo es preparar la batalla de la Cámara, para
impedir que la oposición recoja los 342 votos que viabilizarían el
'impeachment'.
Según el recuento realizado cotidianamente por el
diario O Estado de S.Paulo, había el domingo 290 diputados decididos a votar
por el 'impeachment', tres más que el sábado, pero aún 42 por debajo de la
barrera fatídica que lanzaría a la joven democracia de este país de 204
millones de habitantes por senderos desconocidos. Había asimismo 115 firmemente
en contra de la destitución de la mandataria, así como 61 indecisos y 47 que se
negaron a responder al sondeo. Esas dos últimas franjas son objeto de una
fuerte presión, ya que sus retratos y nombres son expuestos en la explanada de
los ministerios por los adversarios de Rousseff, una jefa de Estado con una
popularidad por los suelos.
Según un sondeo del instituto Datafolha publicado el
domingo, el 61% de los brasileños se declara favorable a la destitución de
Rousseff y un 60% considera que debería dimitir. Un 60% se declara también
favorable a una renuncia del vicepresidente, el centrista Michel Temer.
- Aecio Neves: el
día D -
La justicia electoral investiga la campaña de la
fórmula Rousseff-Temer en 2014 por sospechas de que recibió dinero de la red de
corrupción de Petrobras, un escándalo que desde hace dos años hace temblar los
cimientos de la política y los negocios en Brasil.
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